Tras su segunda victoria en una prueba Challenger 2022 en la pista central de la Rafa Nadal Academy by Movistar, nos quedó pendiente entrevistar a Miguel Enrique Lamperti, ‘Miguelito’ para unos y ‘Carisma’ para otros, aunque a él le gusta más que le llamen ‘Miguelito’.
Pues bien, hoy resolvemos ese debe con una interviú en la que el jugador argentino de Bahía Blanca confiesa llevar en el alma el dedicarse, o al menos intentarlo, a la formación después de que deje de competir profesionalmente.
Reconoce, que aún le quedan un par de años de lucha en el circuito profesional, pero que cuando ‘cuelgue la pala’, le gustaría, quién sabe si desde su propia academia, transmitir toda su experiencia y todos sus años de pádel a los jóvenes “fenómenos” que compiten hoy en día. Fenómenos como Eduardo Alonso o Jon ‘El zurdito’ Sanz, su actual pareja, y con los que ‘Miguelito’ ha vuelto a saborear las mieles del triunfo después de muchos años. Jugadores a los que, como un padre con sus hijos, ha tratado y trata de aportarles no sólo experiencia, sino también su forma de ver y vivir el pádel, su resilencia, su perseverancia y su humildad. Y que, sin duda, “tienen todo el potencial para llegar hasta dónde ellos quieran”, si bien ambos conseguían su primer triunfo World Padel Tour en los Challenger de Getafe (Sanz) y Mallorca (Edu), apadrinados por el ‘canoso’ Lamperti, por algo será.
‘Miguelito’ es un jugador muy querido fuera y dentro de la pista. No sabe el porqué, pero su conexión con la gente es evidentemente natural. Tal vez, por su juego, tal vez, por sus canas. Pero lo más probable es que se deba al desparpajo y la sencillez propia de un autodidacta de pádel, que en sus comienzos, sin profesor ni plan de entrenamiento alguno, se hizo jugador pasando un montón de horas en la pista “pegándole a la pelota y jugando contra todos”. “Desde que empecé, hubo un montón de personas que me ayudaron” y, creemos, que la mejor forma que ha encontrado ‘Miguelito’ de agradecérselo es dejándose la piel en la pista cada partido que juega, de ahí su comunión con el público.